miércoles, 1 de octubre de 2014
EL VERANILLO DE SAN MIGUEL
Caemos en la misma expresión de siempre. ¡El tiempo está loco! Cómo es posible que ya entrados en el otoño, tengamos que rescatar las sandalias, el pantalón corto o las camisetas de tirantes. Parece que esta práctica anual esté asentada ya en el calendario. ¿Veranillo a finales de Septiembre? Hasta que no celebramos el día de San Miguel, el 29 de Septiembre, no podemos hablar de finalización del verano. El “Veranillo de San Miguel” es un período, en torno a una semana, que coincide en el tiempo con la llegada del otoño astronómico, y deja algunas jornadas con tiempo más propio del verano que acaba de terminar que de la estación recién estrenada. Es conocido con ese nombre porque la festividad de San Miguel se celebra el 29 de septiembre, más o menos en el momento en que se suele registrar una temperatura cálida, más alta que la de las anteriores semanas, que caracteriza al “Veranillo”. También es conocido como el “Veranillo del Membrillo”, al ser una fruta cuya recolección se suele llevar a cabo durante estos días. Las opiniones acerca de la existencia real del “Veranillo de San Miguel” están encontradas.
Con este veranillo, las temperaturas ascienden por encima de los valores normales, para luego volver a descender hasta llegar a las propias del otoño y casi del invierno. Coincide con la época de las recolectas de muchas cosechas, por lo que es muy típico escuchar entre agricultores preguntarse por “su San Miguel”.
El 29 de Septiembre se celebra la onomástica de San Miguel, San Rafael y San Gabriel (los tres Arcángeles) por lo que también se le denomina a estos días como el “Veranillo de los Arcángeles” o el “Veranillo del Membrillo”. Como se ha comentado anteriormente, el membrillo es una fruta cuya época de recolección es justamente en estos días. En la Grecia antigua los membrilleros estaban consagrados a Afrodita, la diosa del amor. Este fruto era el símbolo del amor y fecundidad, y los recién casados debían comer uno antes de entrar en la habitación nupcial. Un refrán típico de estas fechas es “Por el veranillo de San Miguel están los frutos como la miel”.
Y no solo hablamos de finales de Septiembre, sino que entrados en Octubre podemos vivir otra locura del verano. Con puntualidad casi suiza, hacia el día 11 de Octubre, se produce en algunas zonas de España el veranillo de San Martín. Son unos días de bonanza meteorológica, que se suponen beneficiosos para la salud de nuestros mayores. “El veranillo de san Martín reaviva los viejos”. Además, se considera que es una fecha clave: “Antes de san Martín, pan y vino; después del veranillo, hambre y frío”. Por otro lado, se alerta que, aunque el veranillo de san Martín dura tres días y fin, sus características serán determinantes para el futuro. “Cuanto más fuerte sea el veranillo, guárdate más del frío”. Dicen que san Martín se encontró a un pobre hombre temblando de frío. El santo se apiadó de él y le dio la mitad de su capa. En aquel instante, apareció un arco de colores en el cielo, paró de nevar y subió la temperatura. He aquí el primer veranillo de san Martín.
Los refranes populares también cotejan estos fenómenos atmosféricos entre la despedida del verano y el avance del invierno. “Septiembre, en fin de mes, el calor vuelve otra vez”, “La otoñada verdadera, por San Miguel la primera”, “Si quieres sacar miel, sácala por San Miguel”. Por eso se dice que el otoño es una especie de primavera al revés: crecen las noches y menguan los días y se pasa progresivamente del calor al frío.
“En Septiembre a fin de mes, el calor vuelve otra vez” y con él ese verano que a todo el mundo sorprende cada año.
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